A los pies de la sierra homónima, con el río Guadalmena regando sus huertas, Alcaraz se alza como un vergel del Renacimiento con sus dos torres características cortando el paisaje y su plaza mayor de más de 500 años.
Vigilante desde lo alto, el Castillo de Alcaraz nos da un esbozo de lo que llegó a representar este municipio para la historia de España.
El Real Monasterio y Santuario de Cortes donde se celebra la romería más importante de la provincia de Albacete, es el templo más venerado junto con la Iglesia de la Santísima Trinidad y Santa María y la de San Miguel.
La antigua línea de ferroviaria Baeza-Utiel ha sido reconvertida a vía verde y a pocos kilómetros podemos disfrutar del paraje de Los Batanes con una flora y fauna de gran valor ecológico.
Con orígenes íberos, Alcaraz cuenta con una rica historia y tradición únicos, destacando la fabricación de alfombras de Alcaraz, folklore y gastronomía donde destaca la calidad de su aceite de oliva.