Castillo de Bellver

Es una fortificación gótica construida en el siglo XIV bajo mandato del rey Jaime II. Se encuentra a unos 3 km de Palma de Mallorca, sobre un monte a unos 112 m de altitud. La zona está rodeada de bosque y se puede contemplar desde allí la ciudad, el puerto o la sierra de Tramuntana. Hereda su nombre del catalán antiguo ya que “bell veer” significa “bella vista”. Una particularidad es que se trata de un castillo de planta circular, hecho que le hace ser uno de los pocos en Europa con este diseño. Actualmente se ha convertido en un museo abierto al público bastante confluido.

Palacio Real de La Almudaina

Se trata del Palacio Real de Palma de Mallorca y por lo tanto, una de las residencias de la Familia Real española. Gestionada por el organismo público Patrimonio Nacional, sus muros albergan la historia de las islas desde el megalítico. Conocido durante la reconquista como “Zuda”, fue reconstruido por Jaime II siguiendo el modelo del Palacio Real de Perpiñán. A nivel decorativo, presenta dos ambientes. Por un lado, la planta baja tiene un estilo medieval con obras entre el siglo XV y XX. Por otro lado, la planta superior posee objetos y mobiliario procedentes de otros lugares Reales. Estructuralmente destacan los palacios del Rey y de la Reina, la capilla de Santa Ana o los baños.

Monasterio de Lluc

Está situado en el término municipal de Escorca a unos 400 metros de altitud, en mitad de la sierra de Tramontada. Su topónimo proviene del latín Lucus que hace referencia a “bosque sagrado”. En este monasterio reside la patrona de Mallorca, la Virgen de Lluc. Por ello, está considerado como el lugar sagrado y de peregrinaje por excelencia de la isla. Cada año se celebra la Marcha des Güell a peu, una peregrinación de 48 kilométros donde participan más de 50.000 personas. Cuenta también con un jardín botánico instaurado en 1956, conocido como Jardín Botánico de Lluc. Curiosamente, este monasterio es el primer santuario mariano en las Islas Baleares.