Bilbao tiene uno de los cascos antiguos más bonitos de España, conocido por los bilbaínos como las siete calles. Para que no te pierdas ni un detalle te recomendamos esta ruta.

Comenzaremos la ruta en el Ayuntamiento, edificio emblemático y bajaremos por el Paseo del Arenal, lugar de entrada a este casco viejo, donde antiguamente se encontraba el puerto. Este es el lugar de paseo por antonomasia de la ciudad, donde podréis ver un pequeño auditorio exterior y justo a su izquierda el Teatro Arriaga.

Nos adentraremos por la calle de los Fueros para llegar al corazón del casco, la conocida Plaza Nueva, uno de las zonas con más vida de la ciudad, ideal para tomar unos pinchos. Cuenta la leyenda que hace años esta gran plaza se llenó de agua, como si de una piscina se tratase, para satisfacer las exigencias de un rey.

Saliendo por uno de los arcos de la plaza llegaremos hasta la Plaza Miguel Unamuno. Este lugar destaca además de por la estatua que conmemora al autor, por las imponentes escaleras que suben hasta la parte alta de la ciudad, cuya subida podéis hacer a pie o en ascensor.

Tomando la calle de la Cruz llegaremos a la iglesia de los Santos Juanes, y al portal de Zamudio desde el que saldrán las siete calles. En este punto es donde se encontraba la puerta de la muralla medieval. Aquí podéis perderos por las distintas calles y los comercios de alrededor.

Retomando de nuevo la ruta, por la calle de la Tendería llegaréis a la Catedral de Santiago. Cuando hayáis visto su interior, continuar hasta llegar a la zona del río. Allí os toparéis con el famoso Mercado de la Ribera, fin del paseo y momento ideal para saborear unos buenos pinchos bilbaínos.