Pamplona es frecuentemente relacionado por su famosa fiesta San Fermín con encierros y toros, por eso proponemos esta ruta. Comenzando en los corralillos donde pasan los toros su última noche. Más arriba de la cuesta de Santo Domingo, está el pequeño altar de San Fermín, donde tienen lugar los cánticos previos al encierro. Cerca encontramos la plaza consistorial donde se localiza el ayuntamiento.
En la calle Mercaderes, cogiendo la segunda calle a la izquierda, está la famosa curva donde los toros resbalan, conocida como la Estafeta. Esta vía tiene una longitud de 300 metros y acaba llegando a la plaza de toros. A tan solo unos metros de la misma, podemos observar la plaza del Castillo y el Palacio de Navarra.
Si continuamos recto llegamos al paseo Pablo de Sarasate. A mano derecha quedaría la Iglesia de San Nicolás. Más adelante está la Ciudadela, una obra de arquitectura militar renacentista de forma pentagonal. Desde aquí, podemos andar hasta la Taconera, un parque donde podemos disfrutar de su fauna y flor. Es recomendable en este punto volver andando al casco antiguo y disfrutar de las vistas de la cuenca que se extiende a lo largo de la muralla de Pamplona.
La próxima parada que podemos hacer sería el museo de Navarra. Siguiendo el camino superior de las murallas llegarás hasta el Rincón de Caballo Blanco, punto de descanso donde puedes sentarte a descansar en la hierba.
En este punto puedes tomar dos caminos: continuar por la Ronda del Obispo o, tomar la calle Redín, cerca de la catedral. En la calle Navarrería nos encontraremos la fuente que da nombre a esta vía, y más abajo, podremos acceder al Mercado de Santo Domingo, que data de 1565. Cerca del mercado hay unas escaleras que dan acceso a la Iglesia de San Saturnino (patrón), curiosa por su mezcla de estilos.