Mercado de la Ribera

Situado al sur del casco viejo, se trata de uno de los mayores mercados cubiertos de Europa. 

El edificio, de estilo modernista, deja traspasar la luz a través de sus vidrieras dando como resultado una sensación de mayor amplitud. 

Este mercado es de visita obligada en la ciudad, ideal para conocer todos los platos de la gastronomía bilbaína y saborear sus miles de pinchos. Pasea tranquilamente por sus pasillos y déjate conquistar por sus olores. 

No te olvides de disfrutar de las vistas de su terraza.

Catedral de Santiago

Construida en el S. XV en estilo gótico, destacan su torre y su fachada neogóticas. 

Declarada Patrimonio Histórico y Artístico de nuestro país, es considerada una de las mejores manifestaciones góticas del País Vasco. Su plante de cruz latina posee tres naves que, aunque pequeñas, son de una gran belleza. 

A día de hoy todavía se conservan los restos de la pequeña ermita sobre la que se construyó.

Museo Guggenheim

Sin duda uno de los principales atractivos turísticos de la ciudad. Auténtico modernismo hecho arquitectura diseñado por Frank Gehry.

Cubierto por paneles de titanio, es una de las estructuras de arquitectura más importantes del mundo. Todo en él es un homenaje al Bilbao de la ría, donde visto desde lejos el edificio parece un barco gigante lleno de escamas. 

Y al frente del museo, como si de un perro guardián se tratara, se alza imponente la figura de Puppy, una escultura de flores enorme en forma de perro. Esta figura gustó tanto a los bilbaínos que acabaron por convertirla en el emblema de la ciudad y presumen, al más puro estilo de Bilbao, de decir que el Museo tan solo es la caseta de este majestuoso animal.

Dónde: Avenida Abandoibarra, 2 48009 Bilbao

Mirador de Artxanda

Uno de los lugares más emblemáticos de la ciudad es el mirador del monte Artxanda. Un lugar ideal para pasear y alejarte de la ciudad pero sin perderla de vista.

Se puede subir andando para practicar algo de deporte aunque nosotros te recomendamos subir en funicular, el viaje merece la pena.

Una vez arriba déjate maravillar por sus impresionantes vistas de toda la ciudad junto al río. Aquí comprenderás por qué a Bilbao se le denomina «el bocho» (hoyo), pues se encuentra dentro de un gran agujero entre montañas. Si no tienes prisa, ve a última hora de la tarde y contempla los mágicos colores que tiñen la ciudad al atardecer.