Rodeada por el cauce del río Júcar, Valdeganga se alza como el mirador de este cauce y de sus numerosas fuentes naturales.

En lo alto, siempre atenta, se encuentra la Cueva de los Moros, lugar donde tienen su encuentro los frutos de su huerta, siempre regada por el agua de este río a través de las acequias construidas hace más de 900 años.

Rodeada de innumerables rutas verdes por las que antiguamente pasaban calzadas romanas, Valdeganga ofrece infinidad de parajes para admirar su belleza; los Bolinches, Calicanto, Moranches o el parque fluvial Puentes de Valdeganga son algunas de las paradas obligatorias de este pueblo albaceteño.

Por su Camino de San Benito, una mezcla de tradición y leyenda, podréis encontrar un paisaje lleno de historia adornado con árboles frutales, nogueras y pinos.