Desde hace unos años, en ciertas ciudades españolas, ha proliferado la Turismofobia, un fenómeno que se centra en el temor, aversión o rechazo social que sienten los ciudadanos locales de un destino hacia los turistas.
En un país como España que en 2018 recibió una cifra récord de 82,8 millones de turistas, un 1.1% más que el anterior; con un gasto total que alcanzó los 89.856 millones de euros, un 3,3 % más respecto al año anterior.
Con un sector turístico que en 2017 aportaba al PIB un 11,7 % y un 12,8 % del empleo, un país no se puede permitir el lujo de despreciar a los turistas. No se trata de crecer por crecer, se trata de crecer responsable y coordinadamente. Para ello todos los sectores de la sociedad española, deberían tener estrategias de crecimiento sostenible y equilibrado.
Conscientes de la importancia de este sector para la economía, la Confederación de Guías Oficiales de España, CEFAPIT, ha lanzado una campaña de concienciación en torno al lema, «Nosotros practicamos la Turismofilia, ¿y tú?».
Se trata de aprovechar el papel fundamental de los Guías Oficiales como embajadores de la cultura, patrimonio e historia, en pos de tratar a visitantes y viajeros como lo que son, personas muy importantes en la sociedad.
Este movimiento a nivel nacional nace con la clara convicción de luchar contra de la Turismofobia e intentando frenar el aire de aislamiento que se está fomentando en algunas ciudades españolas.
Para los Guías Oficiales no es algo nuevo, llevan practicando la Turismofilia desde hace décadas, ya que supone disfrutar de nuevas experiencias con los visitantes a través de su experiencia y probablemente nunca las olviden.
El vínculo que se crea entre los viajeros y los Guías Oficiales, son vínculos muy difíciles de romper. No se trata de llevar a los visitantes a un monumento, museo, lugar y decir un discurso ya predefinido. Se trata de que vivan ese momento, que disfruten y aprendan, de que conozcan de primera mano, de la mano de los mejores conocedores de ese lugar, la historia, las anécdotas, los secretos, de ese sitio. Se trata en definitiva que cuando el visitante se vaya, desee volver.
El trabajo de los Guías oficiales no es solo un trabajo, es una pasión, poseen muchos conocimientos y pedagogía para poder difundirlos de forma correcta y precisa a cada tipo de viajero. No es un trabajo sencillo, por esa misma razón ha de ser algo más que una mera forma de ganarse la vida.
La turismofilia ha de ser un movimiento que lleve a la sociedad a tener un turismo en crecimiento constante, pero responsable. «Todos formamos parte de este movimiento, todos debemos formar parte de este movimiento. Cualquier persona por la calle que se cruce con un visitante y le pregunte algún dato, si lo sabe, lo intentará explicar de la mejor manera posible. Así somos, es nuestra forma de ser, y así deberemos seguir siendo para el bien de las generaciones futuras», afirman.