La filloa es un postre típico que se elabora en Galicia. Tan tradicional como simple, es similar a las crêpes francesas, existen diferencias tanto en la textura como en los ingredientes y en su preparación.

Elaboración

  1. En primer lugar, se mezcla el agua, la leche, los huevos, el azúcar y la sal. En ocasiones, en lugar de agua se utiliza caldo de cocido para su elaboración. Se mezcla con una batidora hasta que se forme una masa homogénea.
  2. Una vez mezclado todo, se le añade la harina y se vuelve a batir hasta que se convierte en una pasta uniforme.
  3. Entretanto, se derrite la mantequilla y una vez derretida, se incorpora durante unos segundos. Después, se deja la mezcla reposando en la nevera, al menos una media hora.
  4. Si se tiene una ‘filloeira’ es la mejor opción; si no, siempre se puede utilizar una sartén antiadherente para cocinarlas, con una gota de aceite esparcida con un trozo de papel de cocina para que alcance toda la superficie. Cuando la sartén esté caliente, se vierten unos 50 mililitros de la mezcla, en el centro de la sartén y con movimientos circulares, para que se vaya esparciendo por toda la sartén. Cuando los bordes empiezan a coger color y se forman una especie de burbujas en la masa llega el momento de darles la vuelta, ayudados de una espátula. Unos segundos después de darle la vuelta, ya estará preparada.

Ya solo queda servirlas y acompañarlas con algún ‘topping’: con crema pastelera o chocolate son dos opciones aptas para cualquier día del año, pero llegado el otoño son muy apetecibles con una crema de castaña, muy típica también de Galicia.